Paz: Corre riesgo la implementación por falta de tiempo

Lo que unos llaman “la mermelada” está por terminar y por eso los pactos políticos en la actualidad son débiles.
Queda un mes para legislar las leyes por vía rápida y no se ha avanzado significativamente por falta de voluntad política. Cada día que pasa el Gobierno pierde sus mayorías en el Congreso y se destacan dos factores que ahondan esta crisis: uno, la contienda electoral; y dos, la escasez de prebendas para tener satisfechos a los congresistas. Por tales razones la coalición de la Unidad Nacional cada día es más débil.
La primera agrupación política en marcar distancia fue Cambio Radical, que durante siete años acompañó al Gobierno de Santos y en las últimas semanas más que ser un aliado parece ser un contradictor cercano al Centro Democrático. De hecho, Rodrigo Lara, el actual presidente de la Cámara de Representantes, se ha caracterizado por torpedear la implementación de leyes que conciernen al acuerdo de paz con las FARC.
El Partido Conservador, sin dejar la coalición de Gobierno, ha manifestado que hará frente a la participación política de los excombatientes de las FARC-EP en cargos de representación hasta que estos hayan pasado por la Justicia Especial para la Paz (JEP).
A lo anterior se suma la aplicación de la Ley de Garantías que inicia el 11 de noviembre de este año. Con esta medida se busca frenar el nivel de contratación del Estado para no involucrar los presupuestos en las campañas o los intereses políticos. Lo que unos llaman “la mermelada” está por terminar y por eso los pactos políticos en la actualidad son débiles.
Por otro lado, el constante incumplimiento de lo acordado en el acuerdo de paz ha sido un factor fundamental en parte del fracaso de la implementación por parte del Estado que, a diferencia de los excombatientes, ha dilatado sus compromisos.
Algunas voces dentro de los excombatientes manifiestan que el Establecimiento ha jugado al desgaste, tanto político con el poco avance de la legislación para la implementación de los acuerdos como, por ejemplo, en lo jurídico donde no hay un piso real frente a la JEP, la excarcelación de prisioneros políticos, la adecuación de los territorios para desarrollar los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial, y la participación política.
Aunque sectores campesinos y sociales han manifestado su compromiso con el acuerdo de paz, el Gobierno continúa con los incumplimientos, la dilación y las verdades a medias, apostándole al desgaste y a dejar a otro Gobierno parte de la implementación.
Agencia Prensa Rural
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