Medio ambiente y competitividad
La semana anterior, Andesco (Asociación Nacional de Empresas de Servicios Públicos Domiciliarios) realizó su decimoquinto Congreso Nacional y sexto Internacional de Servicios Públicos.
Este año, el tema central fue competitividad y servicios públicos. La sesión tradicional sobre Medio Ambiente trató la relación medio ambiente y competitividad. En el panel, moderado por el exministro Manuel Rodríguez, el ordenamiento ambiental territorial acorde con un buen manejo de cuencas y abastecimiento hídrico se propuso como la herramienta principal para mejorar la competitividad en la oferta de algunos servicios públicos, especialmente los de agua y energía eléctrica. Tomando como ilustración a Bogotá, se señaló que llevar a condiciones de potabilidad el agua de la cuenca destruida cuesta cinco veces más que si el agua proviniera de una cuenca conservada.
El medio ambiente y la manera como manejamos el territorio afectan la competitividad del país de múltiples formas. Quizá la más evidente es la que vivimos año tras año cuando el invierno destruye la infraestructura vial y afecta la conectividad entre diversos puntos del país y del país con el exterior. Los grandes torrentes de agua que de manera súbita atraviesan las carreteras —generados por las fuertes lluvias y la pérdida de la capacidad de retención de agua en las laderas de nuestras montañas, consecuencia de la destrucción de las cuencas— generan deslizamientos en muchas carreteras, arrasan puentes, hacen insuficientes las cunetas y taponan alcantarillas, destruyendo periódicamente nuestra malla vial. Esto encarece el transporte y afecta negativamente nuestra competitividad.
La destrucción de nuestras cuencas hídricas genera inundaciones en el invierno que destruyen el capital productivo en campo y ciudades. La grave escasez de agua en la época seca baja la productividad y afecta al sector agropecuario. Si queremos mejorar la competitividad, debemos recuperar los servicios ambientales asociados a la regulación hídrica, para lo cual es indispensable recuperar la cobertura boscosa en áreas críticas de nuestras cuencas hidrográficas.
Para mejorar la competitividad, también es necesario hacer ajustes en algunos sistemas productivos que impactan dramáticamente nuestro medio ambiente. En la ganadería —actividad que ocupa casi medio país—, debemos cambiar las praderas sin árboles por pasturas con árboles y sistemas silvopastoriles que conservan y recuperan la base de recursos naturales y hacen más productiva la actividad ganadera, mejorando así su competitividad. En el caso cafetero, debemos volver al café bajo sombra —arreglo productivo semejante a la estructura del bosque—, que contribuye a conservar los suelos, la biodiversidad y la humedad; disminuye la presencia de plagas, y mejora la calidad del producto, haciéndolo más competitivo en el mercado internacional. Si mejoramos el manejo de los recursos naturales asociados a la ganadería y al café, estos dos productos se pueden certificar como provenientes de procesos amigables con la biodiversidad, lo cual mejora su competitividad en el mercado internacional.
Son múltiples las formas como un buen manejo del territorio mejora la competitividad. Hay una gran sinergia entre el buen manejo del medio ambiente y el crecimiento económico sostenible.
Por: Juan Pablo Ruiz Soto
Fuente: Elespectador