El misterio del oxígeno del planeta Tierra
Hay algo extraordinario en cada uno de nuestros respiros. Las personas tomamos por sentado el oxígeno porque ahí está y lo respiramos todo el tiempo, pero hay que recordar que somos el único planeta (conocido) que tiene oxígeno.
Más impresionante aún es que la Tierra comenzó con una atmósfera sin oxígeno, y tomó billones de años antes de que hubiera suficiente para albergar animales como nosotros. Aún a la fecha, científicos están haciendo descubrimientos fundamentales sobre cómo fue que nuestro planeta se llenó de este elemento. Han encontrado, por ejemplo, que nuestra extraña atmósfera rica en oxígeno es producto de una danza de la geología y la biología.
Para estudiar la atmósfera antigua, geoquímicos examinan las huellas químicas dejadas en las rocas. Entre más de estas huellas encuentren, más oxígeno debió haber habido en la atmósfera del momento. Cuando observan las rocas más antiguas de la Tierra no encuentran rastro de oxígeno en el planeta. En cambio, su investigación indica que el aire primordial de la Tierra estaba compuesto principalmente de dióxido de carbono, metano y nitrógeno. Los rayos del sol crearon un poco de oxígeno libre al dividirlo del dióxido de carbono y otras moléculas. Pero ese oxígeno desapareció tan pronto se formó.
Es por ello que el oxígeno es el elemento más amigable de todos, formando enlaces con un gran rango de moléculas. Se adhirió al hierro de las rocas, por ejemplo, creando óxido. Se unió con el hidrógeno despedido de volcanes para formar peróxido de hidrógeno y otros compuestos. En otras palabras, nuestro planeta fue una gigante aspiradora de oxígeno en sus años tempranos.
Eso cambio hace aproximadamente tres billones de años. El Dr. Canfield y sus colegas reportaron huellas de oxígeno en rocas de ese periodo. Estiman que la atmósfera de ese momento tenía sólo 0.3 porciento de niveles de oxígeno. La luz del sol por sí sola no pudo haber creado tanto oxígeno en la atmósfera. Sólo la vida pudo hacerlo.
Hace tres billones de años, algunos microbios habían evolucionado su habilidad para llevar a cabo la fotosíntesis. Flotando en la superficie del océano, utilizaron la energía del sol para crecer dióxido de carbono y agua. Daban oxígeno como desperdicio. Mucho del oxígeno despedido por estos microbios fotosintéticos fue aspirado fuera de la atmósfera por la aspiradora del planeta. Cuando los microbios murieron, el oxígenos reaccionó con su carbono.
Pero una mínima cantidad de oxígeno se quedó atrás porque alguna de la materia orgánica de los microbios muertos se hundió de la superficie al suelo del océano, donde el oxígeno no podía reaccionar con él. El oxígeno permaneció en el aire. Y durante este tiempo la aspiradora de la Tierra se debilitó; el planeta estaba enfriándose y sus volcanes escupían menos hidrógeno a la atmósfera que aspiraba oxígeno.
Fuente: Ecoosfera