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El Maoísmo no es un tigre de papel o, acerca del debate en el Polo Democrático en Colombia

El Maoísmo no es un tigre de papel o, acerca del debate en el Polo Democrático en Colombia - polo

 

Por el contrario, el Maoísmo es una muy importante ideología política inspirada en el Marxismo, especialmente en su versión asiática sustentada en el pensamiento escrito por Mao Zedong, quien con el partido comunista chino y la invaluable ayuda de la Unión Soviética logró formar un poderoso ejército popular y, mediante una larga y exitosa guerra de liberación nacional libró al pueblo chino de la terrible explotación y dominación colonial Imperialista ejercida por las potencias imperialistas europeas y norteamericanas existentes al iniciar el siglo XX, además de la Rusia Zarista y el Japón; los expulsó militarmente de su país en 1949,  tomó el Poder político e inició su reconstrucción para sacar al sufrido pueblo chino del despotismo asiático secular, el atraso y el hambre endémica, y la miseria pre-capitalista.

Y, mediante una férrea y única hegemonía del partido comunista chino y sus teorías de las etapas para construir el socialismo y el comunismo; de la  burguesía nacional revolucionaria y, de la dictadura revolucionaria de las 5 clases (representadas en las 5 puntas de la estrella amarilla que está en el centro de la bandera roja china) que participaron en la guerra de liberación; iniciar el camino propio de la construcción del socialismo, que después de la convulsión de la Revolución Cultural y bajo la justificación del “socialismo de mercado”,  derivó en el súper explotador “capitalismo comunista” que estamos presenciando actualmente y que ha convertido a ese súper poblado país, en una súper potencia más del Sistema Imperialista Global que amenaza seriamente la supremacía y la hegemonía de los EEUU y de cuya economía, es la economía china una prolongación regida por leyes chinas que no invade países; simplemente los compra.

Tener esta claridad es fundamental y esencial para poder enfrentar al Maoísmo en Colombia, en donde ha existido una importante presencia del pensamiento de Mao Zedong, y además, para bien del desarrollo de un pensamiento Marxista revolucionario (como gustaba llamarse Lenin) porque es también fundamental y esencial que se exprese y se pueda debatir razonadamente con ellos. Recordemos la tesis del mismo Lenin, de que no puede haber un marxismo revolucionario exitoso si NO se forja en la praxis trasformadora combatiendo ideológica y políticamente tanto a la derecha, como a la Izquierda.

En Colombia, hasta el año 1960, cuando se hizo abierta la famosa ruptura política entre la RP China y las URSS, había simplemente divergencias entre comunistas y maoístas especialmente en tres temas. 1) El llamado “etapismo” para construir el socialismo y el comunismo. 2) Sobre los llamados “rezagos cuasi-semi-feudales de la economía colombiana” magnificados por los maoístas. 3) Sobre el papel “revolucionario” de una supuesta burguesía nacional colombiana, en donde se confundió un cierto nacionalismo de un “pequeño grupo” de liberales de izquierda con una abierta posición anti imperialista (inexistente por el secular “cipayismo y lacayismo” de toda la clase dominante colombiana) por ejemplo, en el caso de López Michelsen con su Movimiento Revolucionario Liberal (MRL) a inicios de los 60.

Después, con el agravamiento de las divergencias en el movimiento comunista internacional y la franca hostilidad entre RP China y la URSS, el asunto se volvió insuperable y se tornó en Colombia en una contradicción irresoluble entre comunistas y maoístas. Esta se vino a agravar, cuando la contrainsurgencia y el anticomunismo se tornaron en la ideología dominante del país y a mediados de los 60 se dio inicio al Plan Lasso (Latin American Operation) contra las repúblicas comunistas independientes (de los godos Laureanistas) en el Tolima y el Huila, fecha también en que los multiples grupos maoístas se dividieron entre los civilistas (Moir) y los partidarios de la guerra popular (a lo chino) del Ejército Popular de Liberación, o EPL colombiano.

Los civilistas del Moir acogiendo un gran clamor popular de la “unidad de la Izquierda”( el hambre no es roja ni azul es amarilla decía J E Gaitán en los años anteriores a su eliminación) buscaron una unidad con el partido comunista colombiano y otros grupos populares menores provenientes del Rojaspinillismo y finalmente, se logró conformar así  en 1972 la famosa Unión Nacional de Oposición que debido tanto a la pugnacidad ideológica, como a los fracasos electorales y a la cizaña introducida por la Inteligencia militar contrainsurgente, terminó dividida en dos grupos enfrentados: UNO-Moir, y Uno-PCC.

En el campo el EPL le declaró la guerra militar a las Farc, por considerarlos “agentes del social imperialismo soviético en Colombia”, y hubo enfrentamientos militares graves sobre todo en las regiones de Córdoba, Urabá y nordeste antioqueño, en donde los maoístas tenían sus núcleos. Lucha que se prolongó hasta cuando el EPL fue derrotado militarmente en 1990 y la mayoría de sus militantes pasaron a engrosar las huestes paramilitares de Carlos Castaño y las AUC.

Entonces el Maoísmo colombiano quedó reducido orgánicamente al Moir, pero no así el Maoísmo intelectual que pasó a engrosar la ideología anticomunista de la contrainsurgencia: Cito tres casos paradigmáticos actuales: Jaime Jaramillo Panesso, Alfredo Rangel y Jose Obdulio Gaviria.

El Moir continuó durante las dos décadas posteriores, en el debate político de la izquierda sosteniendo invariablemente sus tesis iniciales arriba enumeradas, y bajo la sombrilla de la Unidad de Izquierda, en un claro proceso de “atracción-rechazo” con los comunistas, participó junto con ellos en los multiples y complejos procesos populares unitarios para conformar una tan ideal como irreal Izquierda Democrática Unida a la colombiana; obviamente todos fracasados y terminados según la experiencia originaria de la Unión Nacional de Oposición en expulsiones mutuas y, en que el Moir se queda con una parte de la organización fundada defendiendo sus posiciones y, los comunistas con otra.

No es sino ver lo que está sucediendo actualmente (2017) cuarentaicinco años después de la experiencia de la Unión Nacional de Oposición, con el debate político ideológico del Polo Democrático que ha quedado dividido en dos: Uno, el Polo democrático-Moir con sus posiciones invariables, y otro, el Polo Democrático-Plural que promueve una gran convergencia electoral programática para defender los Acuerdos de Paz de la Habana entre el Estado Colombiano y las Insurgencias Guerrilleras, junto con una Solución Politica al llamado conflicto interno colombiano.

En esta constelación de posiciones, en el fondo irreconciliables, el Pueblo Trabajador colombiano en proceso de reorganización y restructuración política, deberá saberse orientar y claramente tomar posiciones realistas, sin idealismos engañosos y anhelos utópicos de una “unidad”  política ideológica  y menos orgánica que muy probablemente NO se dará, sosteniendo la tesis leninista arriba mencionada de que no puede haber un marxismo revolucionario exitoso si NO se forja en la praxis trasformadora combatiendo ideológica y políticamente tanto a la derecha, como a la Izquierda.

Y el Rubicón que marca el acá o el allá, de la actual política colombiana; Sí es la Implementación de los Acuerdos de Paz alcanzados en la Habana, más los que se logren con el ELN, así como la Solución Politica al conflicto interno colombiano.

Parodiando a Mao Zedong, quienes apoyen, sin dudas ni vacilaciones, esta Implementación pacífica y la Solución Politica del conflicto deberán ser considerados como nuestros amigos y con ellos se harán coaliciones electorales programáticas, y quienes no, serán nuestros adversarios. Esa será la referencia y el parte aguas para determinar los hechos a la luz de la dialéctica, la lucha de clases y la historia en Colombia.

 
Por Alberto Pinzón Sánchez
www.radiomacondo.fm

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