MENú

La consigna adecuada

La consigna adecuada - lleras

 
Incluso desde antes del proceso de diálogos de paz de la Habana, era evidente la encarnizada lucha que en el terreno de las ideas y el lenguaje se libraba contra la arrogante dominación y exclusión que tradicionalmente y durante las siete décadas de la guerra contrainsurgente y geo estrategica, ha ejercido el monopolio oligárquico de los medios masivos de comunicación a través de la neo-lengua creada por la doctrina contrainsurgente estadounidense y sus “doctors”.

Corresponde a los lingüistas, semiólogos y filósofos del lenguaje darle al pueblo colombiano explicaciones verdaderas de cómo se falseó y deformó la realidad tanto individual como colectiva y social, y se desinformó desvergonzadamente, y cómo se alteró nuestro hermoso idioma hasta tornarlo incomprensible (p ej, no hay conflicto sino amenaza terrorista, los desplazados son migrantes internos, nuestra democracia es la más antigua del continente, el Estado de opinión, los falsos positivos, no estarían cogiendo café, el fin del fin, están comiendo raíces, voten antes de que los encarcelen, ect)

Sin embargo y en el entretanto; en la contraparte en lucha, siguiendo el método leninista del análisis concreto de la situación concreta para actuar políticamente en ella, lo que despectivamente fue despreciado con un “eso es puro empirismo estrategista”; se hizo la descripción del desarrollo de los elementos de la coyuntura determinados por el análisis clasista de la dependiente formación social colombiana y su régimen en el momento histórico; se determinaron los limites tanto temporales como espaciales de la coyuntura; se determinaron las fuerzas sociales enfrentadas con su correlación y constante movimiento, las posibles alianzas así como las imposibles o contra natura, para salir de ella; se fijaron las líneas de accion política y las posibles variaciones coyunturales incluida la invasión directa de los US Marines, y, se estableció el análisis táctico y estratégico cotidiano.

Así, mientras los contrainsurgentes más arreciaban en su pretensión Imperial-cipaya de la solución militar por el exterminio; la contraparte enarboló y pulió el concepto amasado en años de multiples resistencias (en plural) de “la Solución Política al histórico conflicto social y armado de Colombia”, donde se definían las tres características del llamado conflicto interno colombiano: 1-histórico, 2-social y 3-armado y a la guerra, se oponía su contrario (no la paz que es ausencia de guerra) sino la Política (por ser la guerra, según la más antigua de las tradiciones de la ciencia militar de la modernidad capitalista, la continuación de la Política por otros medios) llegándose a la consigna movilizadora y aún vigente por no haber sido superada todavía de : “PAZ CON JUSTICIA SOCIAL, DEMOCRACIA VERDADERA Y SOBERANÍA”.

La firma del Acuerdo entre el Estado de Colombia representado por su presidente JM Santos y el comandante de las FARC-EP en Cartagena el 26 sept 2016 con la legitimación y legalización de la Comunidad Internacional; confirmaron plenamente el aserto leninista del análisis elaborado por los insurgentes: Se impuso la Solución Política sobre la solución militar como método para solucionar el llamado conflicto interno y, en el acuerdo firmado se pactaron y establecieron las principales elementos de esa metodología de superación.

No me voy a detener en el “impase” al Proceso de implementación que se presentó luego del Plebiscito refrendatorio, porque mi intención es mostrar en este breve escrito la sustitución paulatina que la contrainsurgencia ha ido desarrollando para desalojar el concepto de Solución Política (que repito sigue vigente hasta tanto no se supere la consigna adecuada que lo acompaña) desalojarlo la mente acerada de sus defensores y de la conciencia social en efervescencia, para reemplazarlo por el concepto abstracto e indefinido de hondo contenido milenario judeo-cristiano de Paz; el cual con todo respeto, tiene un innegable valor en la fe y las creencias de la mayoría del pueblo colombiano, pero no sirve para fines políticos, pues al mezclarlos se corre el riesgo de dar al Cesar lo que es de Dios, hacer más confusas, más privadas y menos sociales, las soluciones a una guerra civil y de lucha de clases tan prolongada y enconada como la colombiana.

La paz impulsada por JM Santos desde su palacete y resonada persistentemente en el oligopolio mediatico adicto a su régimen, ha prácticamente borrado de la mente de la mayoría de los colombianos (sinó de todos) el concepto de Solución Politica del conflicto colombiano (en el que todavía estamos) al extremo que hoy, en estos momentos inciertos del post -plebiscito, cuando más se necesita como guía para la accion “táctica y estratégica” hacia el futuro; ha sido reemplazado por un listado de 6 o 7 propuestas Jurídicas para destrabar las consecuencias eminentemente políticas del resultado electoral del 2 de octubre y para superar una situación, paradójicamente política y no jurídica como lo es la que se está presentando dentro del Poder oligárquico y contrainsurgente dominante, definitivamente fracturado y en encarnizada disputa por hacerse al Poder Burocrático del Estado, no para implementar acuerdos de Paz neoliberales, sino para lucrarse de los dineros obtenidos con la tributación pública que está en aprobación.

Situación que está en desarrollo en estos momentos, después del triunfo del no en el tal Plebiscito refrendatorio: la insurgencia sacándole las castañas del fuego a sus adversarios en lugar de trazar el rumbo claro y preciso en la ejecución de la consigna arriba mencionada, que conduzca a los colombianos hacia la superación definitiva de las causas objetivas y desde luego subjetivas de la sanguinaria guerra contrainsurgente y geoestratégica que se les ha impuesto desde hace más de siete décadas.

Valoramos y estimulamos ad extremus la movilización social cívica y popular que se ha presentado en las principales ciudades de Colombia pidiendo claramente la “implementación de los acuerdos firmados YA”, y que la gran falsimedia está presentado torticeramente como un anhelo subjetivo y difuso de los colombianos por aquella “paz indefinida” que ellos desde sus oficinas de redacción agencian. Cuando lo que hay en el fondo es la innegable toma de conciencia social masiva por una solución pacífica, es decir política, de la guerra civil en la que estamos desde hace tanto.

Será tal los tumbos presidenciales por destrabar la implementación del Acuerdo firmado en Cartagena y avanzar en un acuerdo de paz con el ELN, será tal el vacío de Poder en las alturas de Colombia (al que según parece solo sostiene la Academia Nobel de Noruega) que hoy 28.10.2016, la prensa colombiana adicta al régimen amaneció anunciando que el Vicepresidente Vargas Lleras, uno de los más serios aspirantes por el militarismo y la reacción a la presidencia de la República para el 2018, en un gesto de lealtad suprema muy típico entre los oligarcas bogotanos, pide a la movilización social marchar contra su Jefe superior el Presidente Santos.

¿Qué solución tendrá este impase? ¿Se recurrirá a la Politica o, a lo Jurídico? O talvez, a todas las anteriores.

Mientras tanto creo se debe insistir en la Solución Politica y en hacer realidad la vieja consigna de los viejos que ya no están, de: PAZ CON JUSTICIA SOCIAL DEMOCRACIA VERDERA Y SOBERANÍA.
 

Por Alberto Pinzón Sánchez
www.radiomacondo.fm

Comentarios

Comentarios