Lara Croft, un modelo para la representación de la mujer en los videojuegos y el cine
La organización no gubernamental Frecuencia Feminista, que se ocupa de la discriminación de género y los derechos de la mujer, elabora anualmente una lista de videojuegos con protagonistas femeninas íntegras, en los que el papel de la mujer no está estereotipado, con el objetivo de sensibilizar a los medios de comunicación. Entre los muchos títulos figura Lara Croft, también conocida como Tomb Raider.
El título incluido en el ranking es ‘Rise of the Tomb Raider’ y la explicación señala precisamente cómo su figura ha sido muy controvertida en la industria del videojuego desde su creación, entre idas y venidas que la vieron primero como objeto sexual y luego como heroína feminista.
En la última entrega de su saga, Lara Croft es descrita como «dura, inteligente y, por fin, capaz de llevar ropa de verdad apta para la acción«. El rostro de la arqueóloga, en definitiva, ha cambiado a lo largo de los años y ha jugado un papel muy importante en la representación de lo femenino tanto en la industria del cine como en la de los videojuegos. Por otro lado, Tomb Raider destaca por ser un icono versátil, protagonista de multitud de tragaperras online, juegos online, reboots y secuelas, películas y ahora incluso una serie de televisión (próximamente en Amazon Prime), jugando un papel clave en la imagen que el público tiene de los personajes femeninos.
Pero Lara Croft en los videojuegos también era importante desde el punto de vista del lenguaje, por así decirlo, y por tanto de la identidad. En efecto, el hombre que juega a Tomb Raider puede ser «golpeado» o «asesinado», forzando una relación de identidad con el jugador que no puede darse en el cine.
Los videojuegos son un lenguaje que prevé una identificación estructural entre la persona que sujeta el joypad y el personaje que hace que la película se mueva me cuenta la historia de alguien, mientras que en el juego hasta cierto punto vivo la historia de los personajes en primera persona.
La última película de Tomb Raider, en cambio, es de 2018, protagonizada por Angelina Jolie, y aunque está dirigida, producida y musicada por profesionales masculinos, la película ha sido leída muy a menudo desde una perspectiva feminista. En la forma de vestir, en el cuerpo que ya no es necesariamente provocativo y sensual, en las relaciones de poder, en su inteligencia y en su capacidad de elegir, Lara Croft se convierte en un nuevo modelo femenino, que «no tiene secuencias de ducha ni acaba en la cama con un colega» escribía Luca Fontò en Forbes. Un pequeño paso, para algunos. Otro gran logro para la arqueóloga más famosa del mundo.